jueves, 11 de septiembre de 2014

Siempre hay luz.

Oscuro. Así es como vemos todos algunos días.
Como si todas las luces den mundo se hubieran apagado, impidiéndote ver dónde está el camino para seguir caminando adelante.
Y quieres seguir, pero no sabes cómo.
Te diré un secreto. Mira en el oscuridad. Sí, mira. Aunque creas que no ves nada. Fíjate bien, porque tienes pequeños puntitos de luz alrededor. Intentando traspasar la oscuridad, como los rayos de sol traspasan las nubes en un día encapotado.
Están ahí, tratando de mostrarte el camino. Y cuánto más te fijes en ellos, verás que no son tan pequeños parecían.
Porque a veces, cuando lo vemos todo oscuro, no queremos ver. Pero la luz, siempre está ahí.




Gracias a todos los puntitos de luz que me ayudan a retomar mi camino en los días oscuros ♥

lunes, 16 de junio de 2014

Eran como un avión.

Eran como un avión.
Subían a lo más alto, y a veces caían en picado, pero siempre conseguían planear para no llegar a estrellarse.
Cuando uno perdía el control, el otro tomaba los mandos. Siempre tenían una salida de emergencia a mano, pero nunca la llegaron a utilizar.
No había cinturón de seguridad que los sujetara. Despegaban juntos, y les costaba volver a aterrizar.
Viajaban a ninguna parte y eran felices así.
Sus besos los llevaban más lejos que cualquier combustible, y sus caricias eran más suaves que las propias nubes.
Él no miraba por la ventanilla, miraba sus ojos, dónde veía mucho más.
Y cada vez que él estaba cerca, ella sentía turbulencias.
Y a todo eso, lo llamaban amor..

jueves, 12 de junio de 2014

ONG YOOOU.

La entrada de hoy no va a ser ninguno de mis textos sobre sentimientos y esas cosas sobre las que suelo escribir siempre.

Hoy quiero hablaros de un proyecto que me ha llamado mucho la atención. Se trata de "TUUULibrería", una librería situada en la calle Covarrubias, 38 (Madrid)

¿Qué tiene de especial está librería? Pues que colabora con una ONG llamada "YOOOU"

Tú vas a la librería, y allí puedes escoger entre un montón de libros entre todos los géneros. Puedes llevarte cuantos libros como te cojan en las manos. ¿El precio? El que tú quieras. 
No tienes que pagar X dinero por cada libro, si no que tú haces un donativo, de la cantidad que quieras. 

¿Qué a que se dedica ese dinero?  Pues se crean nuevas bibliotecas y se enriquecen las ya existentes, incluidas las de los centros educativos. Durante el 2013, se ha colaborado con 11 colegios e institutos. Además, también tienen proyectos internacionales, y se han construido bibliotecas en Nicaragua, Perú, República Dominicana, Ecuador y Nepal, y se ha enviado libros, materia escolar y equipo informático a 400 niños.

Creo que es algo bonito, que viene bien al bolsillo de muchos lectores, y con el que además, estás ayudando a gente que lo necesita, así que si sois de Madrid u os pasáis por allí, no perdáis la oportunidad de conocer esta librería y su proyecto.

La ONG "YOOOU" tiene también otros proyectos, como el proyecto "MICROCRÉDITOS", que da créditos a familias en Nicaragua para que puedan formar un pequeño negocio; "UFED" que es una aplicación móvil para donar dinero de pequeños caprichos a ONG's; o "MAYAS", una que me llama especialmente la atención, quizás porque como maestra, me toca más de cerca. Gracias a este proyecto, hay unos 112 profesores ayudando a aproximadamente 300 niños y adolescentes desfavorecidos, para que no suspendan o acaben abandonando los estudios. Hay además, otras clases particulares "pagadas", en la que los ingresos obtenidos, se destinan íntegramente a generar becas para los más necesitados. 
Si te apetece hacerte voluntario de esta causa, los colegios en los que se lleva a cabo estos proyectos, son:

1. I.E.S. Rey Pastor.

2. C.P. IES Ciudad Escolar, en Colmenar.

3 .C.P. Hermanos Pinzón, en Aluche.

4. C.E.I.P República de Brasil, en Madrid.

5. C.P. Río Turbio, en Asturias.



Teneis toda la información en www.yooou.org

Y tú, ¿te animas a ser solidario? 

martes, 10 de junio de 2014

Agridulce.

Si le hubieran preguntado en ese momento cómo se sentía, su respuesta habría sido "Agridulce".

Estaba confusa, y tenía un montón de sentimientos desordenados y contradictorios: la tristeza de una decepción, y la ilusión de una promesa.

Le dolía que le hubiera fallado. Y en su cabeza rondaba la frase "Cuando uno quiere, saca tiempo; cuando no, saca excusas". Porque ella hubiera sacado tiempo de dónde hiciera falta. Supongo que tendrá que ver con esa sonrisa tonta que se le dibuja en la cara cuando hablan o piensa en volver a besarle o en estar entre sus brazos. Quizás él no sepa lo que es esa sonrisa tonta. Por eso no le escribe a menudo. Por eso no tuvo tiempo para verla.
Sin embargo, le prometió que la próxima vez, sería distinto. Y eso la hace feliz, y la hace mantener viva la ilusión.

Pero...¿ y si no debe mantener viva la ilusión? Las cosas se demuestran con hechos, no con palabras. Y los hechos son los que son. ¿Qué pasa si no cumple su promesa? ¿Y si la ilusión se rompe, y al final, sólo le sirve para hacerse más daño?

Le asaltan las dudas, y vienen a visitarla fantasmas del pasado. Han sido tantas las veces que confío y fallaron, que no puede evitar tener miedo de volver a sentir lo mismo. Sin embargo, sabe que no puede vivir siempre con miedo.

 Otra frase se le viene a la cabeza "Que el miedo a fallar no te impida jugar". ¿Así como debe tomárselo, cómo si todo fuera un juego? Es difícil tomarse algo como un juego cuando los sentimientos pueden cruzarse por el medio y alguien puede salir herido.

Y otra frase más: "Quien no arriesga, nunca gana" Entonces, ¿debe tirarse de cabeza a la piscina, aún si saber si esta tiene agua o no? Si tiene agua, todo irá bien. Habrá ganado. Pero si no la tiene...

No sabe que hacer, está perdida en una mar de dudas, miedos, sentimientos y emociones.
Su cabeza no hace más que dar vueltas y más vueltas.

Y al final, acaba estallando y rompe a llorar.
Y no soluciona nada, pero se siente un poquito mejor.

lunes, 5 de mayo de 2014

Tres.

Tres días. Esos fueron los días que pasaron juntos.
Tres días entre música y alcohol. Tres días entre miradas y sonrisas tontas. Tres días en los que cualquier excusa era buena para buscar el roce con el otro, para sentir su contacto, aunque fuera sólo una milésima de segundo. 

Y fue el tercer día, cuando sus labios se encontraron. Cuando sus manos recorrieron el cuerpo del otro. Cuando se perdieron entre pasión. 

Como una película con final feliz. Pero la vida sigue detrás de las cámaras, y no todo es tan feliz como lo pintan. 

Ella le da vueltas a su cabezas. Lo pasaron realmente bien esos tres días, se divirtieron, y rieron como ríen los niños pequeños. Y ella se sentía feliz, una sensación que hacia tanto que no experimentaba.

Decide que no quiere que la película acabe en el tercer día, cuando puede continuar. 

Y por una vez en su vida, decide abrirse con alguien, lanzarse, no quedarse con la duda del “¿Y si...? 

Y comienza a escribir. Escribe, borra, escribe, borra... Así hasta que escribe algo sencillo, pero que deja claro que quiere una segunda parte de la película.
“Estos días me lo pasé muy bien, y me encontré muy a gusto contigo, así que había pensado que si te apetece, podríamos quedar algún día y seguir conociéndonos.” 

Lo relee una vez más antes de enviarlo. Sí, así está bien. Pone el dedo sobre el botón enviar. Coge aire y lo expulsa lentamente. Levanta el dedo del botón enviar. Ya está hecho, ya no hay marcha atrás. 

Ahora sólo queda esperar una respuesta. 
Pero espera y espera, y no recibe nada. 

Y ya lo ha leído. 

Y duele. Duele dentro. Porque le duele más la indiferencia, el que él no diga nada, a que le hubiera dicho que no directamente. 
Porque no entiende porqué no puede hablarle, decirle lo que él piensa. 

Le da la lata a sus amigas. Ay, sus amigas. Tienen el cielo ganado, por la gran paciencia que demuestran siempre. Pero como le dijo una de ellas “Las amigas estamos para esto... No sólo para las risas. ¡Unas veces damos la lata unas, otras, otras!”
La intentan animar de todas las maneras posible, pero poco hay que puedan hacer para hacerla sonreír hoy. 
Le es imposible contener las lágrimas, y empiezan a correr por sus mejillas, tímidas, pero portadoras de gran dolor. 

Entonces se arrepiente de haber escrito ese mensaje, y piensa que para una vez que decide hablar, hubiera estado mejor callada. 

Y se siente realmente estúpida. 
Este tipo de cosas, son las que le hacen desconfiar, y no lanzarse ante las oportunidades. 

Y su autoestima, que últimamente había logrado mantener arriba, vuelve a caer en picado. 
Y cree que nunca será lo suficiente buena para nadie. O quizás es demasiado buena, y ese es el problema, que siempre hacen lo que quieren con ella. 

No lo sabe, y no lo quiere pensar más. 

Ella sólo quiere encontrar alguien que llegue sin avisar. Alguien con quien poder compartir el tiempo y sentirse a gusto. Alguien de quién enamorarse, y que se enamore de ella también. Alguien con quién ser feliz. 

No es tanto pedir, ¿no? 

viernes, 11 de abril de 2014

Loca de amor.

Te quiero. Y es una locura quererte. Y más locura aún es decírtelo. 
Pero necesito sacarlo fuera, porque te quiero de una manera que me consume, que me oprime el pecho y no me deja respirar, que me va hacer estallar si me lo quedo dentro. 

Me produces una ternura extrema. Y siento la necesidad de cuidarte y protegerte en todo momento. 
De machacar a todo aquel que tenga el propósito de hacerte daño. 

Me encantaría poder regalarte mil caricias cada día, llenarte de besos, rodearte con mi brazos, y quedarme acurrucada en tu pecho, mientras me aprietas bien fuerte, como si tuvieras miedo de que me escapara, aún sabiendo que no me voy a ir a ningún sitio. No sin ti. 

Que no soy la mejor dibujando, pero sacaría la paleta de colores siempre que fuera necesario para pintar tus días grises. 

Y aunque yo ya tuviera un trabajo, haría horas extras como payasa sólo por verte sonreír, pues eso es lo que pone luz a mi vida. 

Es que sería capaz de poner mi vida patas arriba con el único propósito de hacerte feliz. 

Y poco se habla de lo bonito que sería compartir amaneceres contigo. 
Que fueras lo último que veo al cerrar los ojos antes de dormir, y lo primero cuando los abriera al despertarme. 
O de lo bonito que sería observarte mientras duermes con la cabeza sobre mi pecho. 

Y de las noches que pasaríamos sin dormir, perdidos entre la pasión. Haciendo el amor como si fuéramos a rompernos, o follando como si no hubiera mañana. Habría momentos para todo.
 
Salir a la calle y andar cogida de tu mano. Y sentir que el mundo se muere de envidia, porque es a mi lado al que caminas.

Sorprenderte, mil y un veces. Incluso cuando pienses que ya no hay más que pueda hacer, siempre encontrare la manera de darle la vuelta a las cosas y sorprenderte. 

Vencer juntos los problemas. Que aunque llueva, truene, nieve o se aveciné un tornado, juntos podemos con todo. 
Que si hay tormenta no esperáremos a que salga el sol. Bailaremos bajo la lluvia, aunque ningunos de los dos sepamos. Y reíremos, mientras la gente nos mira y seguramente cuchichee que estamos locos. 

Pero qué importa. Yo si estoy loca. Loca de amor. Amor por ti. 

martes, 8 de abril de 2014

Abrazo.

Esos días en los que tienes el modo “necesito un abrazo” activado. 
Y aunque realmente cualquier abrazo te reconfortaría, sabes que es en sus brazos donde realmente quieres estar. 
Y no puedes.

miércoles, 2 de abril de 2014

No.

Siempre recibía un “No” por respuesta. Y había uno, que no estaba preparada para escuchar. Por eso, aunque todo el mundo le recomendaba que lo mejor era decirle “te quiero”, ella se lo guardó, fue a la barra de un bar, e intentó ahogar sus sentimientos en alcohol. Pero parece que estos, no estaban dispuestos a dejarla sola.

sábado, 22 de marzo de 2014

Miedo.

La RAE definiendo la planta miedo como:

“1. m. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.”

Supongo que todos tenemos algún miedo. ¿El mío? Miedo a vivir. Quizás por eso no vivo. Sólo respiro, y espero que las cosas pasen. 

Vivo con miedo de perderte. Que estupidez, ¿no? Cómo se va a perder algo que nunca has tenido. Y sin embargo el miedo está ahí, y se me hace imposible imaginarme sin ti. 

Vivo con miedo a la distancia. Porque hace el olvido, y eso dicen. Y me da miedo que te olvides de mí. ¿Miedo a olvidarte? No, eso imposible, porque tú me das vida. 

Vivo con miedo a que en algún momento lo pases mal. A saber que estás triste, que te sientes con los ánimos bajos, y no  poder hacer nada. Porque yo daría hasta lo que no tengo por verte sonreír. Pondría mi vida patas arriba, con el único propósito de hacerte feliz. 

Vivo con miedo a decirte te quiero. Y no porque no lo sienta. Porque te puedo asegurar que te quiero más que a nada. Entonces, ¿por qué me da miedo decirlo? Quizás lo que me de miedo no es decirlo, si no lo que tú puedas decir. Miedo a un “yo no te quiero” Y a romperme más de lo que ya estoy. 

Vivo con miedo a que te enamores. De alguien que no soy yo. Que sería lo más lógico. Que quisieras a alguien a quien pudieras ver, abrazar, besar cuando quisieras, y no cuando pudieras. Alguien con quien poder salir a pasear de la mano, en lugar de alguien como yo, con quién tendrías conversaciones telefónicas. Alguien de tu edad, con quién poder compartir tus cosas. 
Porque esos detalles como la distancia y la edad, pueden darme miedo, pero estaría dispuesta a arriesgar, a hacerlos pequeños, si supiera que para ti, también  son insignificantes. 

Vivo con a que alguien más vea en ti lo que yo veo. Esa magia. Sí, magia. Porque haces desaparecer los problema, y aparecer las sonrisas. Porque a tu lado todo es fácil. Porque haces que el tiempo pase demasiado rápido a tu lado, y demasiado lento cuando no estás. Porque cuando abrazas haces que el tiempo se detenga unos segundos, y yo desearía que se detuviera para siempre, y no soltarte nunca. Y transmites fuerza, transmites amor. Porque cuando me miras siento que puedes ver a través de mí, como si fuera una radiografía. Porque cuando sonríes, siento que muero un micro-segundo, y pienso que eso es lo más bonito que yo he visto nunca. Porque no hace falta que me toques para que todo mi cuerpo tiemble. Porque sólo tú presencia basta para hacerme sentir bien. 
Y si eso no es magia, ¿entonces qué es? 

Pero vivo con miedo... Y el miedo me impide vivir. 

miércoles, 22 de enero de 2014

A veces te quiero.

Y sé que me espera la noche en vela. Porque me muero de ganas de echarte de menos, ¿sabes? Y duele. Duele saber que es muy fuerte esto que siento y tú no sientes. Tengo ganas de tus manos enredándose en mi pelo y de saber a qué sabe tu piel cuando te despiertas. Y sin embargo, no tengo nada de nada. Lloro, pidiendo seguir adelante sin ti. Me asomo a la ventana de mí habitación. ¿Pero qué coño...? Joder, si es que hasta el aire me sabe raro si me falta tu sudor. Y claro, así se me olvida olvidarte. Miro nuestra foto, esa que he encontrado rebuscando en el baúl de los recuerdos. Y pienso por un momento que no existe la distancia. Yo que pensaba tenerte cerca todos los días, y al final estás tan lejos, que queda descartado el dormir a tu lado. De todas formas, ya sabes que te espero sentada en un sueño. Un sueño de esos en los que me quedo mirándote y te veo salir por la puera de atras, y no se sí esperarte, seguirte hasta Marte, o meterme en un bar. Me decido por el bar, porque necesito vino, así que le digo al camarero “Ponme de beber”. Y cuando tengo los sentimiento en formol y estoy harta de cerveza y ron, una melodía se forma en mi cabeza. Y entonces lo decido. Te escribiré por las noches alguna canción, para decirte “Dame el tiempo que no te haga falta, y prometo invertirlo en caricias en tu espalda.”
A ver si así te queda claro, que aunque a veces dueles, a veces te quiero.