jueves, 21 de marzo de 2013

Tormenta.

Dicen que después de la tormenta siempre viene la calma, pero en mi caso, sólo deja de llover.
Nunca sale el sol. Cuando parece que va a aparecer, llega un rayo y vuelve a teñir el cielo de negro.

Rara.

Siempre fui la chica rara. La que estaba sola, a la que le costaba hacer amigos... Incluso de chiquita. Recuerdo que a veces mi madre me preguntaba: ¿Y con quien jugaste hoy en el recreo" y con vocecilla tímida le contestaba: "Con nadie, estuve sola. Es que los niños jugaban a luchas y a peleas, y las niñas no me dejaban jugar con ellas". Con los años parecía que iba abriéndome paso en el grupo, y que conseguí hacer algún amigo, pero el tiempo me demostró que no lo eran. Que tan rápido como venían, se iban. O quizás no tan rápido. Algunos se quedaban por un tiempo, incluso algunos llegaban a estar años en mi vida. Pero al final se van, siempre se van.
Parece ser que no tengo gancho para las personas.
No se porque. No creo que sea una mala persona. Es más, cuando una persona me importa, lo doy todo por ella. Es cierto que al principio soy tímida, y me cuesta hablar, pero poco a poco Laura va saliendo de dentro.
Quizás el problema sea que me encariño demasiado rápido de las personas.
Sea lo que sea, el caso es que siempre he estado "sola"
Rodeada de gente, pero con esa sección de estar sola, de vacío...
Y duele. Duele no tener a alguien con quien quedar y contarle tus cosas, duele no tener a alguien para las fiestas, duele no tener un hombro en el que llorar o un una mano que seque tus lágrimas...
Duele necesitar un abrazo, y no tener quien te lo de...

miércoles, 6 de marzo de 2013

"Feliz" día 6.

Still suena de fondo. Una y otra vez. La tiene en modo repetición. Las lágrimas brotan de sus ojos y ruedan por sus mejillas. "And I still miss you like deserts miss water..."
Ella también lo echa de menos a él. Mucho. Ya ha pasado una semana, y no ha sido capaz de alejarlo de sus pensamientos ni un solo segundo. Su recuerdo le duele demasiado, y hace que más lágrimas aparezcan.
Le gustaría decirle tantas cosas...
Coge su móvil, y empieza a escribir:

"Feliz día 6. Hoy deberíamos estar celebrando un mes más juntos, y sin embargo, celebramos nuestra primera semana separados. Espero que al menos uno de los dos tengo un buen día, y está claro que no voy a ser yo. Todo esto esta siendo muy difícil para mí. Más de lo que pensaba. Te echo de menos a cada instante, y tu recuerdo me duele tanto, que siento en cualquier momento me voy a romper en mil pedazos.
Lo siento. Siento haberte querido tanto, siento haberte dado lo mejor de mí, y que no haya sido suficiente para ti, para que esto saliera bien.
Ojalá hubiera sabido hacer las cosas mejor.
Me encantaría recibir un mensaje tuyo que pusiera "Te echo de menos", pero se no que lo recibiré, al igual que se, que no podría perdonarte a no ser que hicieras algo para demostrarme que realmente te importo de verdad.
La verdad, ni siquiera se porque estoy aquí escribiéndote esto. Será porque aún te quiero. Será porque siempre te quise..."

Busca su nombre entre los contactos. Ya no tiene detrás el corazón que lo diferenciaba del resto de gente en la agenda. Lo selecciona.
Y ya está. Desea darle a la tecla, enviar, pero sabe que sólo servirá para hacerse más daño.
Así que borra todo lo escrito, y deja el móvil a un lado.
Y abrazada a su almohada, llora, mientras Still sigue llenando el silencio de la habitación.

domingo, 3 de marzo de 2013

Duele.

Y duele tanto, que sientes que en cualquier momento, te romperás en mil pedazos.