Y entre la oscuridad aparece de repente un rayito de sol. Y vuelve la ilusión. Te gusta ese rayito. Te da calor y haces que te sientas bien. Pero sabes que el sol quema. Así qué intentas ponerte protección solar del factor 50 e ir bajo una sombrilla. Pero nunca es suficiente. El Sol siempre acaba quemando. Entonces piensas que estas destinado a quedarte en la oscuridad, y le acabas teniendo miedo al sol.
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